Efecto neuroprotector del Omega 5, en un modelo experimental de Parkinsonismo
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que se gesta en el transcurso de 25 años.
Antes de que se identifiquen los primeros síntomas de esta, y su aparición es alrededor de los 50 a 55 años con la presencia de movimientos involuntarios en los enfermos.
Esta enfermedad ocasiona la muerte progresiva y secuencial de grupos neuronales específicos y la eliminación de sus conexiones en diversas áreas del sistema nervioso.
Los signos más característicos de esta enfermedad neurodegenerativa son demencias, acompañadas de alteraciones en las funciones sensoriales y motoras.
La investigación realizada por el Doctor Gabriel Gutiérrez Opsina y la Dra. Margarita Gómez Chavarín, del Departamento de Biología Celular y Fisiología, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, de la UNAM, fue en ratas a las que se les indujo Parkinsonismo ambiental por tóxicos como la Rotenona.
Ambos investigadores provocaron lesión en las neuronas de los roedores, utilizando este insecticida, que es liposoluble y que se absorbe por tres medios en el cuerpo: piel, alimento y respiración, que en este último caso llega en forma directa al cerebro.
Se utilizó este producto, tomando en cuenta que Parkinson es una enfermedad ambiental asociada a agentes neurotóxicos, y existen muchos a los que las personas están expuestas.
Este insecticida es un desacoplante de la cadena respiratoria, llega a la mitocondria y rompe el transporte de electrones en las neuronas, ocasionando en forma inmediata una deficiencia, que termina matándolas.
Al aplicar esto en las ratas, se desarrollan problemas de movilidad, asociadas a la desregulación de la dopamina sobre el control y coordinación de los movimientos.
Cuando las ratas ya están parkinsonicas, se les coloca en unas barras, en las que corren con gran facilidad, y en estos casos, las ya afectadas con el insecticida, no se mueven rápidamente, tienen problemas de equilibrio, se les resbalan las patitas y la cola en las ratas rotenizadas no sube como es normal, sino que queda abajo.
La investigación consistió en brindarles a las ratas, antes de ser expuestas a la rotenona, y durante el mismo, a ingerir el neuro-protector Omega5. Estos animales no sufrieron de problemas de equilibrio, ni síntomas parkisonianos como los que no fueron neuro-protegidos.
En una segunda fase, se observó cómo reaccionaban las ratas parkisonicas, a las que no se les había proporcionado el Omega5, ni antes, ni durante la exposición al insecticida, al empezarlo a consumir ya con estos malestares (se necesita un mes después de la exposición al tóxico para empezar a mostrar síntomas), y la respuesta fue muy leve lo que significa que el omega 5 no puede funcionar como tratamiento, pero si como neuro-protector.
Debido a que Parkinson, no es considerado una enfermedad del envejecimiento, sino del desarrollo mismo, que presenta síntomas, ya en etapas intermedias del problema.
La conclusión del estudio es la siguiente:
El Omega 5 Nano-emulsificado neuro-proteje y preserva a las neuronas dopaminérgicas en ratas expuestas a rotenona.
Disminuye la lipoperoxidación en el núcleo caudado y en la sustancia negra en ratas expuestas al insecticida.
Preserva las funciones motoras en ratas expuestas a rotenona
El Omega 5 Nano-emulsificado podría ser incorporado como en poblaciones expuestas a tóxicos ambientales, propensas a sufrir Parkinson.