Aportaciones del CINVESTAV a la salud cardiovascular
Desde las afectaciones que genera la contaminación ambiental hasta la importancia que tiene la alimentación, las investigaciones del Centro ayudan a comprender mejor la salud cardiovascular.
De acuerdo con cifras de la Organización Panamericana de la Salud, en el continente americano cada año se registran 1.6 millones de muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares, de las cuales el menos 30 por ciento de ellas ocurren a personas entre los 30 y 69 años de edad.
Entre las principales causas que ese organismo internacional ha detectado, figuran el consumo de tabaco, sedentarismo y mala alimentación, entre otros, por lo que este año puso énfasis en la importancia de generar entornos saludables para conmemorar el Día Mundial de Corazón, a celebrarse este 29 de septiembre.
Este es un tema en el que expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) han trabajado los últimos años, debido a la importancia que tienen las enfermedades cardiovasculares en el país, donde, como ocurre en países occidentales, representa la principal causa de mortalidad.
En ese sentido, el Departamento de Toxicología del Cinvestav ha alertado que, así como la mala alimentación y el sedentarismo afectan la salud cardiaca, la contaminación ambiental de las grandes ciudades también puede influir en el desarrollo de enfermedades que afectan al corazón.
De acuerdo con Andrea De Vizcaya Ruiz y Betzabet Quintanilla Vega, adscritas a ese Departamento, en las grandes zonas urbanas se registran altas concentraciones de partículas suspendidas de tamaño aerodinámico menores a 2.5 micras (conocidas como PM2.5), aunado a la presencia de gases como el ozono, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, que se saben afectan las condiciones respiratorias de los habitantes.
Pero han identificado que las partículas suspendidas, principalmente las de menor tamaño (PM2.5), tienen la capacidad de ingresar a las vías respiratorias más profundas, y una vez que ingresan no salen del organismo. Esas partículas tienen efectos oxidantes dentro del organismo y generan estados de inflamación, por lo que las personas expuestas de manera continua o crónica tienen riesgo de presentar alteraciones en el sistema cardiovascular, nervioso, renal y otras funciones del organismo.
Otra de las investigaciones realizadas por el Cinvestav en torno a la salud cardiovascular está encabezada por David Centurión Pacheco, del Departamento de Farmacobiología, enfocada en el análisis y desarrollo de una sustancia análoga de la metformina, empleada como tratamiento estándar de la diabetes, por sus efectos cardioprotectores.
El análogo llamado EGL-6M (por las siglas de la estudiante que lo desarrolló: Erika Gutiérrez Lara) está basado en un grupo bencilo, y ya se han demostrado sus efectos para el control del azúcar en la sangre, por lo que ahora los investigadores del Cinvestav buscan comprobar que también produce efectos cardioprotectores y reguladores de la presión arterial, al inhibir sobreactivación del tono simpático en el sistema nervioso autónomo, lo cual está relacionado con varias enfermedades, incluidos los padecimientos cardiacos.
Además de esos estudios enfocados al grupo poblacional más afectado, Enrique Hong, del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, centró su investigación en los factores que desde edades tempranas pueden predisponer a una persona a padecer enfermedades cardiovasculares.
Su estudio se basó en analizar la influencia que tiene la sobre nutrición en los primeros meses de vida en el posterior desarrollo de alteraciones relacionadas con el síndrome metabólico durante la etapa adulta, de manera particular en la afectación del funcionamiento histológico y fisiológico de la arteria aorta.
La investigación realizada en modelos animales, da visos de lo que puede ocurrir en la salud de aquellas personas que presentaron obesidad durante los primeros meses de vida, a pesar de que posteriormente sigan hábitos saludables.
Además de la alteración de la función en la aorta, los animales que fueron sobrealimentados durante su primera etapa de vida presentaban un aumento en la presión arterial sistólica, mantuvieron una apariencia de sobrepeso y tenían más tejido adiposo abdominal y subcutáneo, así como niveles más altos de triglicéridos y una mayor resistencia a la insulina, en comparación con aquellos animales a los tuvieron una dieta regular durante las primeras semanas de vida.