Partículas ultrafinas ¿qué son y por qué deben preocuparnos?
Al desarrollar su reciente artículo sobre La contaminación del aire, las partículas ultrafinas (UFP) y el cerebro, la Dra. Lilian Calderón, investigadora de la Universidad del Valle de México y el investigador Alberto Ayala del Sacramento Metropolitan Air Quality Management District, advierten que la población necesita una mayor concientización sobre el lugar en donde vive, lo que respira e ingiere, la forma en que se viaja y el historial laboral de toda la vida, ya que son determinantes muy importantes de la salud.
La Dra. Lilian Calderón ha documentado que la exposición a la contaminación por partículas ultrafinas generadas por la combustión y a las nanopartículas artificiales puede estar relacionada con las enfermedades neurodegenerativas, tales como Alzheimer y Parkinson, asimismo ha demostrado que los jóvenes residentes de la Ciudad de México presentan déficits cognitivos y olfativos, alteraciones de la marcha y el equilibrio, potenciales evocados auditivos del tronco cerebral y trastornos del sueño derivado de la contaminación.
En su reciente artículo publicado en la revista científica ACS Publications, ambos investigadores citados detallan que las partículas ultrafinas ingresan en el organismo a través de las barreras nasal/olfativa, respiratoria, gastrointestinal, placentaria y cerebro-sanguínea, translocándose en el torrente sanguíneo y alcanzando los sistemas linfático y nervioso central, además la contaminación atmosférica severa es un denominador común en la proteína cuádruplemente plegada en los jóvenes urbanos.
Los motores diésel son un "fiel caballo de batalla" diseñado para lograr una alta eficiencia térmica y bajas emisiones de carbono con una combustión del combustible que se produce a alta temperatura y presión. Por lo tanto, los vehículos diésel pesados no regulados que carecen de combustibles limpios para el control de las emisiones son los principales infractores. Además, el humo de los incendios forestales puede ser una fuente de partículas ultrafinas y provocar una exposición excesiva para quienes se encuentran en la trayectoria del penacho.
Como parte de las regulaciones, los investigadores exponen que si bien las normas actuales de los Estados Unidos limitan las concentraciones y las emisiones de partículas en el ambiente, no regulan explícitamente las partículas ultrafinas (UFP ≤ 100 nm de diámetro), y pone en manifiesto que cada vez hay más pruebas que sugieren que las UFP pueden desempeñar un papel de mayor daño en la salud de la población.
Por otro lado, señalan que durante décadas se han llevado a cabo esfuerzos de control de la contaminación por distintas organizaciones. La Organización Mundial de la Salud ha publicado nuevos valores guía de calidad del aire para las PM2.5 de 5 microgramos por metro cúbico (μg/m3) para una media anual y 15 μg/m3 para una media de 24 horas.
De acuerdo con la La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en México el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), considera entre los valores normados para los contaminantes del aire, 50 µg/m3 (media aritmética anual) y 65 μg/m3 promedio de 24 horas. Lo anterior sugiere que millones de residentes de la Ciudad de México y zona metropolitana están expuestos a partículas ultrafinas que exceden los valores límite de la OMS.
Ante estas circunstancias la Dra. Lilian Calderón y el Dr. Alberto Ayala, insisten en la necesidad de acelerar y ampliar las intervenciones políticas para tener un mejor control en la calidad del aire e incrementar los esfuerzos de prevención. Consideran que la baja exposición a la contaminación atmosférica a lo largo del desarrollo es fundamental.
Asimismo, los investigadores sugieren que la forma de proteger mejor a la población es empezar por establecer una norma anual de entre 10 μg/m3 y 8 μg/m3 μg por metro cúbico, lo cual, de acuerdo a la evidencia, protegería al público en general y a los grupos de riesgo, en tanto, la norma de 24 horas debería fijarse entre 30 μg/m3 y 25 μg/m3.
En el caso de los residentes de ciudades altamente contaminadas, especialmente en el mundo en desarrollo, donde es probable que se utilicen vehículos, equipos y combustibles más antiguos y sucios, y donde hay menos supervisión normativa, consideran que se debería emprender una fuerte campaña de concienciación pública sobre las asociaciones entre la alta contaminación por partículas, el tráfico pesado, las partículas ultrafinas, y los resultados neuropsiquiátricos, incluida la demencia.
Los investigadores concluyeron que la prevención es fundamental para evitar que las enfermedades neurodegenerativas asociadas por la contaminación evolucionen desde la infancia.
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