Importante mantener procesos de vacunación para evitar resurgimiento de enfermedades
Importante mantener los procesos de vacunación durante la pandemia para evitar el resurgimiento de enfermedades
La vacunación es una de las herramientas más importantes que existen para prevenir brotes epidemiológicos y preservar la salud mundial. Sin embargo, a raíz de la aparición de la COVID-19 las campañas de vacunación se han visto gravemente afectadas.
De acuerdo con la OMS, las campañas contra el sarampión y la poliomielitis han sido severamente afectadas. Para la primera la OMS reporta actividades suspendidas en 27 países, y para la segunda en 38. Por otra parte, al menos 24 millones de personas de 21 países de bajos ingresos están en peligro de dejar de recibir las vacunas contra la poliomielitis, el sarampión, la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla, el cólera, el rotavirus, el virus del papiloma humano, la meningitis A y la rubeola, debido al aplazamiento de las campañas.
De igual manera, al menos 80 millones de niños menores de un año corren el riesgo de contraer enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis, a consecuencia de las interrupciones en los programas vitales de inmunización que se han dado desde marzo de 2020 a nivel mundial. Situación que no se había presentado desde que comenzaron los programas ampliados sobre inmunización (PAI) en la década de 1970.
Las vacunas, un beneficio para todos
Antes de la pandemia, a nivel mundial se habían alcanzado importantes progresos para lograr que los niños fueran vacunados. En 2018, el 86% de los niños menores de cinco años en todo el mundo fueron vacunados con tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3) y una dosis de la vacuna contra el sarampión, en comparación con el 72% en 2000 y el 20% en 1980. El número de niños paralizados por la poliomielitis se ha reducido en un 99.9% en todo el mundo.
No obstante, la cobertura de vacunación a nivel mundial aún está lejos de alcanzar la cobertura del 95% necesaria para proteger plenamente a las comunidades contra los brotes de esta enfermedad prevenible mediante vacunación.
En 2018, casi 20 millones de niños en todo el mundo —más de uno de cada diez— se quedaron sin vacunas vitales, como aquellas contra el sarampión, la difteria y el tétanos.
Aproximadamente 13 millones de niños nunca han recibido ninguna vacuna, poniendo en riesgo, no solo a ellos sino también a sus comunidades de padecer enfermedades y morir. La mayoría de estos niños viven en países con sistemas de salud ya frágiles, lo que limita aún más su acceso a los servicios esenciales de salud cuando enferman.
En este sentido cabe resaltar los esfuerzos que realizan organismos como Gavi (Global Alliance for Vaccines and Immunisation) para proteger a las futuras generaciones a través de la vacunación, así como reducir la desigualdad de enfermedades proporcionando un acceso equitativo a las vacunas para lograr un mundo más saludable, seguro y próspero. La meta de Gavi para el 2025 es inmunizar a 300 millones de niños de los países más pobres del mundo contra enfermedades como el sarampión, la poliomielitis y la difteria.
La industria farmacéutica también ha sido una aliado importante en los esfuerzos de Gavi ayudando a transformar la salud de 760 millones niños a nivel mundial. Desde la casi erradicación de la poliomielitis, pasando por la distribución masiva de la vacuna pentavalente, que ofrece protección a los niños contra las cinco enfermedades infecciosas más importantes, hasta las nuevas vacunas que protegen contra el Ébola y el cáncer cervical. Más niños han sido inmunizados con una gama más amplia de vacunas que en cualquier momento de la historia.
Es importante resaltar que a lo largo de la vida, la vacunación es indispensable para proteger tanto a los niños como a los adultos mayores de diversas enfermedades. Las principales vacunas son: