Cómo ser un maestro del siglo XXI
Los nuevos docentes de educación básica deben convertirse en guías que ayuden a los alumnos a dejar de ser solo receptores pasivos.
El modelo del maestro frente al pizarrón con los alumnos repitiendo la lección está quedando atrás. Vivimos en la Cuarta Revolución Industrial, donde el modelo de aprendizaje evoluciona a gran velocidad y en el que el maestro ahora debe ser capaz fomentar en sus alumnos la capacidad de innovar, crear y solucionar problemas, para que hagan frente a los retos de un mundo en el que los cambios constantes y vertiginosos, así como las tecnología disruptivas serán parte de su día a día.
Con motivo de la celebración del Día del Maestro, UNOi, empresa de Grupo Santillana, presenta los 10 comportamientos que construyen al maestro del futuro: el Docente XXI de la educación básica.
Reconoce, con total apertura, que el mundo está cambiando y que lo que sucede en la escuela también debe cambiar.
Tiene disposición al cambio en lo que sucede en el salón de clase.
Cede el protagonismo en el aula a sus estudiantes.
Se convierte en un guía que ayuda a sus alumnos a navegar el infinito océano de información que está disponible en el mundo digital.
Para convertirse en un buen guía, aprende a conocer las personalidades, los perfiles y potenciales de aprendizaje de cada uno de sus estudiantes.
El Docente XXI se informa acerca de los cambios que está experimentando el mundo, especialmente en la ciencia y la tecnología, porque afectan la dinámica social, cultural, laboral y económica de nuestro tiempo.
Sabe que la tecnología es un medio más para generar experiencias de aprendizaje significativas, diferentes y emocionantes, que involucren todos los sentidos de sus estudiantes y los lleven a comprender mejor aquello que necesitan comprender.
El Docente XXI reconoce los errores como parte del proceso de aprendizaje y, lejos de estigmatizarlos, los toma como nuevo punto de partida para construir reflexiones que conduzcan al aprendizaje deseado.
Ejercita su creatividad para enfocarse en diseñar problemas interesantes, que despierten la curiosidad de sus estudiantes.
Sabe que el objetivo no es cubrir una cierta cantidad de contenido (aun cuando se le exija cubrirlo), sino formar seres humanos completos, con autoestima, seguridad en sí mismos y capacidad para resolver problemas complejos que, seguramente, tienen más de una solución posible.