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Una infancia feliz es posible con diabetes tipo 1

Con un control adecuado, la diabetes tipo 1 no implica una sentencia de muerte ni tener que llevar una vida llena de limitaciones.

¿Tu hija o hijo ha sido diagnosticado recientemente con diabetes tipo 1? ¿Te angustia pensar que tu niño no podrá tener una vida normal? ¿Consideras que ya no le será posible realizar sus actividades escolares, sociales y deportivas como lo hacía antes del diagnóstico? ¿Tienes miedo de que esta condición obstaculice su crecimiento y desarrollo, y le impida proyectar un futuro?

Frente a los sentimientos causados por el diagnóstico de diabetes tipo 1, el Dr. Carlos Antillón Ferreira, especialista en endocrinología pediátrica y miembro de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, informa que los niños con diabetes tipo 1 pueden llevar una vida normal y vivir la misma cantidad de años que una persona sin diabetes.

“De aquí la importancia de un diagnóstico oportuno, que nos permita dar al niño el tratamiento adecuado para el control de esta condición, lo cual es decisivo para que crezca y se desarrolle de manera normal”, indica el especialista.

No hay culpables para la diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es la segunda enfermedad más frecuente en la infancia, después del asma, y afecta a cada vez más niños y adolescentes en nuestro país. El Dr. Antillón explica que nadie es culpable de esta enfermedad, ya que es un padecimiento autoinmune, donde el propio organismo genera anticuerpos que atacan al páncreas y en él a las células beta, que son productoras de insulina, hormona que mantiene los niveles normales de la glucosa en la sangre. También puede ser causada por factores genéticos y ambientales.

Los niños con diabetes tipo 1 presentan síntomas como sed excesiva, deseos frecuentes de orinar, incremento en el apetito y pérdida de peso. Al notar estos síntomas, los padres de familia deben llevar inmediatamente a su hijo con el especialista, para que le haga una medición de los niveles de azúcar en la sangre.

“El paciente requiere la administración de insulina desde el primer día del diagnóstico y para toda la vida. Además, es necesario un monitoreo constante de sus niveles de glucosa, lo que implica un proceso continuo de educación en diabetes”, indica el especialista.

Advierte que, sin disciplina y apego al tratamiento, no puede existir un control adecuado de la diabetes tipo 1, lo que puede causar complicaciones crónicas como ceguera, pie diabético, insuficiencia renal, y complicaciones agudas como hipoglucemia (baja de glucosa en la sangre) o cetoacidosis diabética (exceso de ácido en la sangre). Estas complicaciones pueden dañar severamente la salud y poner en peligro la vida del paciente.

“Cada vez contamos con mejores insulinas, que permiten un manejo adecuado y más amigable de la diabetes tipo 1, que debe hacerse las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año”, destaca el Dr. Antillón.

En México existen insulinas de última generación y acción ultra - prolongada, como la insulina degludec, aprobada para uso pediátrico, cuyo efecto de hasta 42 horas. Esto no cambia la aplicación que debe ser una vez al día, sino que permite flexibilidad para que los pacientes puedan aplicársela en horarios diferentes, evita la variabilidad en los niveles de azúcar y el riesgo de hipoglucemia.

“La diabetes tipo 1 no implica una sentencia de muerte ni tener que llevar una vida llena de limitaciones. Lo importante es aprender a vivir con esta condición, apegarse al tratamiento, medir constantemente la glucosa, cuidar la alimentación y realizar actividad física. Así evitaremos las temibles y costosas complicaciones generadas por la falta de control de los niveles de glucosa en la sangre”, concluyó el Dr. Antillón.

 
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